La presión de perfusión coronaria (presión arterial diastólica – presión aurícula derecha) es esencial para recuperar la circulación espontánea en el PCR. Las recomendaciones actuales de RCP incluyen la administración de adrenalina en dosis fijas, pero los autores plantean que una estrategia de administración de adrenalina según una meta de perfusión coronaria podría ser razonable.
Randomizaron a cerdos en PCR por fibrilación ventricular a tres grupos:
Los resultados principales fueron los siguientes:
Discusión y conclusiones
Este estudio plantea una interesante manera de establecer «metas» para la RCP, sobretodo considerando que cada vez más PCR intra-hospitalarios ocurren en pacientes con monitorización invasiva. Las recomendaciones actuales recomiendan principalmente fijarse en la profundidad y frecuencia de las compresiones, pero ponen poco énfasis en utilizar la monitorización invasiva si ésta está disponible. La relación entre presión de perfusión coronaria, flujo coronario y sobrevida está adecuadamente establecida. Por lo anterior, este estudio entrega un enfoque novedoso a la RCP guiada por metas hemodinámicas.
Estudios anteriores han relacionado la profundidad de las compresiones con mejor sobrevida, sin embargo en este estudio la mayor profundidad alcanzada en el grupo «51 mm» no se tradujo en mayor sobrevida, a pesar de una presión arterial sistólica elevada. La principal característica del grupo «objetivo hemodinámico» fue una presión diastólica aórtica elevada.
El CO2 de fin de espiración tampoco predijo la sobrevida en este estudio. El grupo «51 mm» tuvo CO2 de fin de espiración iguales o mayores que los otros dos grupos, pero no se asoció a mayor sobrevida. Esta observación se suma a las precauciones que debemos tener al utilizar de manera aislada el CO2 de fin de espiración para establecer el pronóstico del PCR. La presión de perfusión coronaria fue el mejor predictor de sobrevida y no se correlacionó con el CO2 de fin de espiración.
Las principales limitaciones de este estudio son su naturaleza experimental, el corto de periodo de observación (45 minutos), los investigadores no eran ciegos a la intervención y el uso de vasopresina en el grupo «objetivo hemodinámico».
Los autores concluyen que en este modelo de PCR por fibrilación ventricular la estrategia de RCP que mantenía una presión de perfusión coronaria mayor a 20 mmHg mejoró la sobrevida a corto plazo (45 minutos), comparado con una estrategia basada en compresiones torácicas de 33 mm o 51 mm utilizando las dosis recomendadas de adrenalina.
Una editorial que acompaña este artículo hace los siguientes comentarios:
?Comentarios
Este artículo trata un tema interesante. Las recomendaciones de RCP de Estados Unidos apuntan a maniobras fuera del hospital, lo cual parece correcto porque es allí donde ocurren la mayoría de los PCR súbitos. Las guías europeas tienen interesantes capítulos que apuntan a la renimación intrahospitalaria, pero tampoco tratan en profundidad el uso de la monitorización invasiva. Recomiendo leer las recomendaciones de RCP de la Sociedad de Anestesiología de Chile, donde intentamos darle un toque intrahospitalario (que sin duda se vería enriquecido con estudios como éste).
Resulta destacable que los resultados fueron mejores en el grupo de objetivo hemodinámico, a pesar de que el grupo con compresiones más profundas tuvo mejores predictores «clásicos» de éxito (CO2 de fin de espiración más alto y compresiones más profundas). Esto nos demuestra lo poco que en realidad sabemos de reanimación, a pesar de toda la investigación que se ha realizado.
También es destacable que el uso más intensivo de adrenalina se asociara a mejor pronóstico, lo que contradice la información que ha surgido el último tiempo. Quizás el uso que hacemos de ella es el incorrecto y no el fármaco propiamente tal. Sin duda falta mucha investigación al respecto.
En conclusión, este estudio sugiere que la RCP guiada por objetivos de presión de perfusión coronaria tendría muy buenos resultados en comparación con le RCP convencional.
Fuente
Etiquetas: PCR